
De que são feitas as línguas?
De una ciencia profunda que degusta
cavernas intestinales, prehistorias
de sudor y carne prieta, masas amorfas,
ontologías del orgasmo y la saliva.
La lengua, amigos míos,
no se encuentra en los libros, se encuentra
en las bocas de dientes húmedos
y besos afilados, en los labios
de quienes besan la lectura sin la fricción
genital del ego, de quienes no se regocijan
en el poder de una inteligencia
vertida al suelo infértil como semen seco.
¿De qué están hechas las lenguas, señores
filósofos?
De potencialidad exponencial
de besos, de latigazos sinceros de excitación
y belleza, de pelos retirados
como flores emergentes de la sobria resaca
y el recuerdo ebrio.
De la heurística de morder pieles suaves
en desconocidos honestos, de la epistemología
pura de abundante sexo, de la pereza salvaje
que erradica la ignorancia, del placer sincero
del silencio, de la hipocresía inútil de hablar
ante el miedo de besar con todo el alma,
por los siglos de los siglos,
esa lengua palpitante que construye el universo.
Florianópolis, clase de Linguística Geral, 07/04/2010
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