martes, 5 de junio de 2012

 
Muerte de una perdiz (receta)

Plumas, arráncate plumas, intimidades
átate, envuélvete en polvo,
sal que no falte.

Cubre tu cama de un líquido inflamable,
resígnate, con este agua voy a ahogarte,
hiérvete, te quemará hasta el aire,
sal a la sartén, échate un baile

Con el ajo y el laurel,
la presión está que arde,
mírate, sin pimienta no eres nadie.
Honrarás tu cebolla y tu vinagre.
Ven, perdiz,
tú aliméntame y no hables.
Sólo yo sé devorarte.

Fuego, qué lento el fuego
pa cocinarte,
mata quien eres por dentro,
muerde tu carne.

Tierna y sabrosa, pues, el diente voy a hincarte.
No eres más que riqueza en cuerpo de ave.
Entrégame tu sabor y propiedades.
Dí adiós! sólo te queda un instante...